Si alguien te dice “vete al carajo” es que no te quiere cerca, te estaría diciendo algo así como: fuera de mi vista o vete por ahí lejos. Normalmente, se utiliza cuando alguien te resulta molesto o te cansa, o también, cuando no te crees algo que alguien te está contando, bien porque es muy exagerado o bien porque es un poco “pedante” y sabes que no te está contando la verdad sobre la historia, y le puedes “mandar al carajo” porque sabes que lo que dice es mentira. Esta expresión, en tono amigable, no resulta demasiado dura, sino más bien es una forma sutil de decirle a alguien que te molesta o no dice la verdad pero nadie se enfadará si se lo dices.
Su origen, aparentemente, está en el sector marítimo, pues el carajo era la parte más alta del mástil de los antiguos barcos, donde los marineros debían subirse para avistar aquello que les rodeaba, para que lo entendáis mejor, es desde donde un marinero decía: ¡Tierra a la vista! Al parecer estar ahí arriba con el viento, la lluvia, el movimiento del barco y el poco espacio que había, resultaba bastante incómodo y “se iba al carajo” aquel marinero que había sido castigado por no hacer bien su trabajo.
Cuando escuches algo así como “ella/él es el que cortar el bacalao” querrá decir que esa persona es la que manda, la que dirige, la que está al frente de ese grupo de personas o de ese evento o reunión, ¡y no tiene por qué estar relacionado con el pescado! Los que cortan el bacalao, suelen ser personas que tienen madera de líder, y que sin ser necesariamente jefes, son capaces de liderar grupos de personas o eventos de forma completamente natural y acaban siendo los que mandan o los que toman las decisiones, en ocasiones, mucho mejor que los propios jefes.
El origen de esta expresión se remonta al siglo XVI y en las tierras caribeñas, en las que en las grandes plantaciones, a los esclavos se les alimentaba con tiras de bacalao salado ( ya que la sal hacía de conservante y duraba más) y era el capataz (el que mandaba) el que cortaba el bacalao como le daba la gana para repartirlo.
¿Quién parte el bacalao en tu piso de estudiantes en Barcelona?